13.6.10

En el Luna con Calamaro "On The Rock"

Andrés Calamaro, se siente en el Luna Park como en su propia casa. Camina de un lado del escenario al otro y toma una pausa para brindar con tequila por un buen mundial del seleccionado nacional. Durante más de dos horas, “El Salmón”, hizo un recorrido por sus canciones emblemáticas, homenajeó a Gustavo Cerati y al fallecido Rubén Juárez. Volvió Calamaro al Luna, y volvió… On The Rock.

Por Daniel Vico para DBAnoticias.com.

Cada vez falta menos para que Andrés Calamaro salga a escena con todo su equipo titular, y el Luna Park aprovecha la ocasión y calma la espera con un grito típico de mundial: “Volveremos volveremos, volveremos otra vez… volveremos a ser campeones como en el 86”. La espera no es más espera y El Salmón sale a escena a jugar por un rato que es un “hincha de fútbol con una guitarra colgando”, como dijo alguna vez en una entrevista.

Su última presentación en el Palacio de los Deportes, fue en diciembre último. Ahora, este señor del rock que sabe de regresos (¡y qué regresos!) está en el Luna para presentar su nuevo disco “Calamaro On The Rock”. Precisamente, se leen en la pantalla las palabras On, The y Rock minutos antes de que salga el cantante y su banda, para situar a algún desprevenido, de que Calamaro trae consigo el “rock de verdad con amistad”, como cantará después en “No Tan Buenos Aires”.

Cuando sale a escena, en todo el estadio mítico de la Ciudad de Buenos Aires se escucha un solo canto: “Olé olé olé olé… Andrés, Andrés”. Canto que se repite una y otra vez hasta que empiezan a sonar los instrumentos, poco antes de las 22. El Cantante, abre su show con “Los Divinos”, corte de difusión de su nuevo disco. La gente se alborota cuando escucha el estribillo “hoy es hoy, ayer fue hoy ayer” porque sabe que hoy es hoy y que hoy escucharán a Calamaro por más de dos horas.

Luego de la canción inaugural, continúa con “Jumpin' Jack Flash”, de los Rolling Stones seguida de “El Salmón”. Recién después de este tema que lo identifica y por el cual se ha ganado su apodo de “El Salmón” por ir contra la corriente, Andrés saludó a su público: “Gracias Buenos Aires, gracias hombres y mujeres. Y gracias al rock del rico Luna Park”, dijo.

Calamaro es un artista que está todo el tiempo componiendo. Existe una generación que creció escuchando sus canciones tanto en sus grupos, como “Raíces”, “Los Abuelos de la Nada” y “Los Rodríguez” como en su carrera como solista. En los últimos años, se sumaron los jóvenes que se dieron cuenta de la capacidad musical de este artista. Por eso, por más que "El Salmón", en el show le pida a un “amigo desconocido que si ve a su rock perdido lo traiga por aquí”, en “Mi Rock Perdido”; no hace falta, porque él ya lo encontró hace décadas.

En escena, la formación de Calamaro es impecable. Lo acompañan al artista: Tito Dávila, en teclados, quien ha logrado que Andrés no se preocupe más por ese instrumento y se dedique sólo al canto y a la guitarra; Candy Caramelo en el bajo; José “Niño” Bruno en la batería, quien aprovecha las pausas entre cada canción para sacar fotos del show y subirlas a su propio blog; y en guitarra, también están Julián Kanevsky y Diego García, Todos los músicos, se tomaron su tiempo para brindar con tequila en pleno recital porque, como dijo el propio Calamaro: “Hay que cruzar los huevos y esperar lo mejor para mañana”, vaticinando lo que sería luego la victoria de Argentina.

Como si estuviera preparado o no, la canción que continúa es “Mi Enfermedad”, la preferida, precisamente, de Diego Maradona. La gente se sorprende cuando “El Salmón” gira el micrófono para darle la espalda a su público y cantar mirando a la pantalla, donde pasan unas imágenes durante “Los Chicos”, de sus “amigos que se fueron primero”.

Se siente en el Luna Park, como en su propio estudio musical casero, bautizado por él mismo “Deep Camboya”. Y tanto es así, que lo acompañan al costado del escenario, mientras él canta para miles de personas, su pareja Julieta Cardinali y su hija Charo, quien varias veces amaga con correr hasta donde su padre está brillando nuevamente.

El propio autor de “On The Rock”, lo define como “coctelera de ritmos” y se ve reflejado cuando canta otras dos canciones más de su nuevo disco: “Todos Se Van” y “Me Envenenaste” (bien Rodríguez). En “Carnaval de Brasil”, se mueve al ritmo de su musa, y en “Revolución Turra”, se ilusiona cuando canta “no quiero estar solo nunca más”.

Con su nuevo look de pelo corto y, como siempre, con los lentes puestos durante casi todo el show, el artista le dice a su público: “Oigo en mis oídos la más maravillosa música, la voz del pueblo argentino, ustedes…”

Además de tocar “Para Seguir”, “Alta Suciedad”, “Más Duele”, “Out Put” y “Comida China”, donde canta “sin saber porqué me quedo viendo el sol caer”, Calamaro realiza su homenaje a Rubén Juárez cantando “Volver”. También, camina de una punta a la otra del escenario con la camiseta Argentina en sus manos y finalmente, luego del himno del amor, “Paloma”, Andrés y su banda abandonan el escenario por poco tiempo, mientras todo el estadio permanecía en penumbras.

Minutos después, regresa con “Estadio Azteca”. Luego, recuerda a Cerati y dice: “No se puede seguir sin antes dedicarle a lo mejor que dio la quinta del mundial del 78. Fuerza Gustavo, te esperamos, te queremos”, anticipando lo que sería la euforia y melancolía de la gente en “Crímenes Perfectos”.

Porque sin lugar a dudas si bien en “Flaca”, la última canción del repertorio, dice: “eran tiempos dorados, un pasado mejor…”, todos sabemos que su mejor tiempo es hoy, porque es hoy más que nunca, cuando Calamaro está definitivamente, “On The Rock”.

Esquina Andrés Calamaro

El músico argentino ya tiene su propia esquina en la Ciudad de Buenos Aires. La intersección de las calles Perú y Moreno, por una iniciativa del diputado porteño Avelino Tamargo, se transformó en la “Esquina Andrés Calamaro”. Allí se descubrieron tres murales que, precisamente, representan tres momentos históricos de la trayectoria del artista: las portadas de los discos “Vasos y Besos”, de Los Abuelos de la Nada; “Palabras Más, Palabras Menos”, de Los Rodríguez; y “Honestidad Brutal”, disco de gran reconocimiento popular de la carrera solista de “El Salmón”.

La obra, realizada por la productora Santa Paciencia, contó con la participación de los artistas plásticos: Andrea Florio; Carlos Rovlich y Duy Jaureguiberry. Además, presenta información sobre cada álbum a la que se le sumó la firma del propio Calamaro.

Esta mención, forma parte del proyecto de Tamargo de construir 60 murales con imágenes de los discos más importantes del rock argentino.

Por último, sobre la distinción, el compositor dijo: “Que una esquina de Buenos Aires lleve, simbólicamente, mi nombre me parece muy bien, especialmente tratándose de la calle Perú, donde ensayamos con Los Abuelos y grabamos con Raíces, hace ya bastantes años; espero que esta costumbre se traslade también a otros artistas del rock y del tango que, sin dudas, merecen el homenaje en forma de esquina”.