5.4.12

La elección de un país que puede cambiar a un continente


Dos concepciones distintas de Europa se enfrentarán en las próximas elecciones presidenciales de Francia. El viejo continente sigue de cerca los comicios. Mientras las encuestas dan como ganador al socialista François Hollande, el mandatario francés Nicolas Sarkozy amenaza con dejar la política si no consigue la reelección.

Por Daniel Vico.

El próximo 22 de abril y 6 de mayo los franceses concurrirán a las urnas para elegir a su próximo presidente, por un período de cinco años. Las elecciones en Francia no solo despiertan la atención del país galo, sino de toda Europa debido a que Francia es uno de los actores principales en la crisis del euro y el futuro de la Unión Europea (UE).

Los principales candidatos en las elecciones presidenciales son Nicolas Sarkozy, actual presidente de Francia que buscará su reelección por la Unión por un Movimiento Popular; François Hollande, del Partido Socialista; Marine Le Pen, del Frente Nacional; y François Bayrou, del Movimiento Demócrata.

Según una encuesta reciente de IFOP para el Journal de Dimanche, en primera vuelta, el 22 de abril, Sarkozy obtendría el 27% de los votos contra el 27,5% de Hollande. Finalmente, François Hollande lograría la presidencia el 6 de mayo con el 54% de los votos, contra el 46% de Nicolas Sarkozy. El Frente Nacional, de Marine Le Pen, cosecharía el 17,5% y François Bayrou el 13,5% de intención de voto.

Otro sondeo, realizado por la encuestadora BVA, predijo el mismo resultado pero con cifras diferentes. Un 34% de intención de voto para Hollande, en la primera ronda, frente a un 26% de Sarkozy. La encuesta mostró que, en la segunda vuelta, Hollande derrotaría fácilmente a Sarkozy con un 58% frente a un 42%. Le Pen lograría un 16% de apoyo y Bayrou un 14%.

¿Qué proponen los principales candidatos? François Hollande quiere que todos los franceses que ganen más de un millón de euros al año paguen el 75% de los impuestos por sus ingresos. El socialista también promete la vuelta al equilibrio presupuestario en 2017, veinte mil millones de euros de inversión en cinco años financiados en parte por la reducción de 29 mil millones en los nichos fiscales.

Por su parte, Nicolas Sarkozy, emplea un discurso más agresivo y autoritario. Defiende el balance de sus cinco años como Presidente de Francia y propone aplicar un nuevo impuesto a los grandes grupos empresariales con el que espera recaudar hasta tres mil millones de euros.

Con respecto a Europa, se enfrentan dos concepciones totalmente distintas. Hollande pretende no adoptar y modificar el Pacto Fiscal de Bruselas, que permite a la UE supervisar los presupuestos (ya ocurrió en España) y otras revisiones internas en los países que acepten esa intromisión. “Le pido al pueblo francés que a través de la elección presidencial me confíe la responsabilidad de discutir, modificar, renegociar el tratado. Se me dice ¿pero cómo va a llegar a convencer a sus socios, especialmente a la canciller alemana? Eso es precisamente lo que vamos a cambiar”, aseguró el socialista.

Esta medida de François Hollande preocupa a Ángela Merkel, canciller alemana, quien ya le brindó su apoyo a Nicolás Sarkozy, que se mantiene a favor del Pacto Fiscal. Además, Merkel, con un papel de “líder” en la UE, le solicitó a Mariano Rajoy, presidente de España, David Cameron, primer ministro de Gran Bretaña, y Mario Monti, mandatario de Italia, que no reciban a Hollande si visita esos países, o no lo contacten si ellos van a Francia. Una especie de complot europeo anti-Hollande.

Semanas atrás, Nicolas Sarkozy aseguró que abandonará la política en caso de perder las elecciones. El viernes, en Lyon, afirmó de manera imprudente: “Vamos a ganar”. François Hollande sabe lo que le espera en caso de triunfar: “Calculo la tarea que me espera. Es pesada, importante. Tengo que estar a la altura de las esperanzas de los franceses que no pueden más con la política de Sarkozy”. Mientras ellos compiten por la presidencia de un país, todo un continente los mira de reojo.