Nos perdimos en el libro, en
el capítulo del amor nos
empezamos a reír y te
olvidaste de exigir.
La paciencia fue calma después
del séptimo round, la canción
sonaba igual pero no con la
misma melodía que te hizo
cambiar.
Su pena era el olvido de todo
motivo, ajena de todo comenzó
a recordar para no verse más.
El espejo le rompe el maleficio
y vuelve a soñar para volverse
a equivocar.
La sonrisa la engaña, no sabe
como esconder tanta falsedad,
vuelca la soledad en un vaso
y se va al mazo como si fuera
una cuestión de suerte.
Protagonista de todos mis deseos
si hoy estuvieras aquí no habría
palabras para decirte cuánto te quiero.
Las circunstancias son difíciles
y cuesta admitir los errores.
Te caes al vacío pero
no existe tal precipicio.
Después de cruzar
el séptimo cielo,
pone en palabras un
sentimiento que le
cuesta entenderlo
hasta al más simple
infierno.
Entre tanta gente
me confunde
no saber de tu suerte.
Me hiciste cambiar y
vos lo sabes cuando
empezaste a dudar.
No te maquilles para
ocultar tu identidad,
si ya sabes que no podes
engañar ni a tu soledad.
Daniel E. V.
“Poner en Palabras un Sentimiento
que Permite Entender a los Propios Sentimientos”
