31.12.09

Turistas extranjeros en Puerto Madero

Ya no resulta llamativo el gran movimiento de extranjeros que se produce durante todo el día en la zona.

por Daniel Vico

Ingleses, españoles, norteamericanos, colombianos, personas de todo el mundo desfilan por Puerto Madero cada día. Diversas imágenes son tomadas por los extranjeros a través de sus cámaras digitales. Algunos utilizan celulares. Otros se paran frente a aquello que los sorprende y lo observan detenidamente durante unos segundos, seguramente para luego recordarlo mediante una imagen mental, sin necesidad de la tecnología.

El turismo es un rubro que crece constantemente en nuestro país. ¿Con qué frecuencia se escucha a extranjeros hablando en su propio idioma (o intentando el castellano) en los lugares tradicionales porteños? Permanentemente. Y más, aún, en Puerto Madero.
Leen cada pizarra con ofertas de almuerzos de los distintos restaurantes, deliberan entre ellos (la crisis financiera nos afecta a todos), y si les parece correcto, entran al lugar en el que son recibidos simpática y cálidamente (como en cualquier otro sitio) por una sonriente recepcionista. La tarde parece concentrarlos a todos en un solo lugar, los pubs. Allí beben cerveza y ríen, además de revivir las fotografías en la pantalla respectiva de cada cámara digital. Son turistas, y al menos hoy, se los ve contentos de estar en Argentina.

A los porteños que trabajan en Puerto Madero (y otros que están de paso) ya no les llama la atención el gran movimiento de extranjeros allí. Es más, podríamos decir que están acostumbrados. Ante la consulta de una adolescente sobre esto, el padre le responde: “Es habitual escuchar diferentes idiomas en esta zona”. Sí, definitivamente, ya están acostumbrados.

Los pocos lugares que venden distintos productos de características regionales, ubicados en los docks de la costanera norte, durante el final de la tarde desbordan de personas. Las palabras más escuchadas aquí son: How much? (¿Cuánto cuesta?) y la señalización del interesado sobre el objeto deseado. Al llegar la noche, la situación es similar a la del mediodía, solamente que se alarga hasta la madrugada (o no) ya sea en el restaurante, como en un boliche típico de la zona.

Los turistas volvieron, o mejor dicho, nunca se fueron. Situación que alegra y enriquece al país, o al menos, eso creemos. Esperemos que esto continúe durante mucho tiempo y el mundo entienda que Argentina, a pesar de todo, sigue siendo de interés para aquellos que no la conocen.